sábado, 2 de marzo de 2013

Fue sin querer serlo tú Noche,Gracias Hermano








Fotografia:Sonia Sánchez Molero

 Jesús de Nazaret,
de Belén,
del Getsemaní,
y de la calle Calvario.
Santo y seña para el sin fin de nuestros días,
Bandera de los hombres de Dios.
Nazareno de vísperas y madrugadas,
de misereres y de saetas,
Nazareno de sones, y de silencios,
de oraciones y de palabras.
Nazareno Mayor de los percheles,
de Ángeles de la Cruz
que con tu divina mirada
las llena de alegría y esperanza
cuando lo ven llegar a su casa.
Nazareno de vuelta por cuchillería
De luna triste de Viernes Santo
De estrechuras por la Merced
De costales fieles y cirios morados
De claveles rojos y ciriales blancos.

Jesús Nazareno,
me gusta tu nombre
porque se dice despacio,
concluye y no se termina,
se empieza, y va quedando.
Tu nombre, se lo saben las columnas de San Pedro,
y lo reconocen las piedras del Carmen,
Se lo saben las farolas antiguas de la calle norte,
y las nuevas de la calle lanza.
Se lo saben las palomas de las Terreras,
y los tiestos de geranios de la calle lirio.
Se lo saben los niños despiertos ansiosos de tu mirada,
y los dormidos que sueñan con tu llegada.
Se lo sabe la torre de la Catedral,
y la morena que vive dentro,
lo mismo que la tarde y la madruga,
y el frio, y el incienso.

Porque Dios habla a su manera de las cosas sencillas y cercanas.
Y así, las viejas las murallas de la ciudad,
también se lo sabían.
Pasaron y vivieron muchas gentes y también se lo aprendieron.
Y se ha ido quedando en el hacer y en el andar de esta tierra:
en los visillos de organdí,
en la cal antigua de las paredes,
en los pucheros de Cuaresma,
en los claustros de los conventos.
Y cuando hablan las fotografías antiguas,
también lo recuerdan.
Y se quedo por los cincuenta,
o por los cien, o los trescientos
o los quinientos de sus hermanos.
Y por el uno, o por el dos,
o por los que sea de los millares que vengan y vivan,
Él se quedara.

Porque Él, siempre estará ahí,
en su capilla,
inamovible, eterno,
mientras todo pasa y cambia,
menos su nombre, y su cobijo.
Inalterable, inconfundible, sereno,
Allí, en su parroquia,
en su casa,
en la de Dios,
en la de todos.

Porque es, el Nuestro,
porque es, el Padre,
porque es, Jesús,
porque es, el Nazareno.
Porque nos gusta su nombre,
porque es el hijo de Dios,
nuestro Señor,
nuestro faro,
nuestro guía,
el Dios Padre todopoderoso.
Aquí esta noche,
se presenta ante todos,
aquel, que nunca te olvida.
Jesús Segura Ponce
XIII Pregón de Hermandad

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