Precisamente
ahora, a estas alturas del año inmersos en un recién estrenado verano es cuando
uno ve tan lejos una nueva cuaresma y solo un vago recuerdo ve alejarse la
pasada, tomando forma nostálgicamente en fotos y videos, va uno y se para a
pensar en ello en el peso de la
Cruz y es que la vida golpea de forma dura e incluso despiadadamente
porque esa enfermedad que tiene nombre, que
asusta, es indomable y tan osada que no hace distinciones.
Llega sin avisar, es un golpe seco de martillo, la llamada de
un mal capataz, que llama tan rápido que
apenas da tiempo a colocarse en el palo, y es una chicota tan larga y tan dura
que solo queda meter riñones, porque es Consuelo de un blanco de corazón grande solo
puede hacer eso echarle casta y sacarle los colores, Prender esa
enfermedad y hacerla Cautiva ,ser ejemplo de entereza como buen padre de una
familia ejemplar pues a pocos metros de ellos ese pueblo que tanto quiere tiene
la victoria de un Duque y dos puntales bajo los pasos uno bajo el paso del
señor y ella de momento se conforma con el sueño de un juego de niños por
primavera, gente de corazón y apariencia grande, que tienen la esperanza de un
verde redentor por bandera en casa y que el morado jamás lo olvidan y si hablamos de casa o de morado, es allí
donde con sus torrijas nos hace sentir cada jueves como en nuestra propia casa,
porque si allí llegas con tu carnet en el corazón de Hermano del Señor hasta el
café sabe distinto, tiene otra gracia.
A todos
aquellos que estáis sufriendo el peso de la enfermedad no perdais nunca la esperanza.
Que el Señor os Bendiga
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